viernes, 11 de febrero de 2011

Las Hormigas de invierno no tiene miedo


Las Hormigas de invierno no tiene miedo.
No se puede negar la realidad cerrando los ojos y aunque soy miope, abro cada mañana mucho para ver mas. Bien es cierto que no todo se mira con los ojos y perdido en mis asuntos observo que hoy no me he limpiado los zapatos…y son precisamente los pies los que nos unen a la vida, al suelo, al deambular por esto que nos toca vivir.
Me cruzo con una señora, que corriendo tira de una coche de niños, mientras el llanto de la criatura hace de bocina y los transeúntes nos apartamos.
Ahora la infancia dura menos y la adolescencia es infinita y no lo digo por los mozalbetes que ríen y fuman esperando el autobús, sino por el cuarentón torpe que cada día me cruzo y escucho su tonta y repetida conversación por el móvil. Me resulta definitivamente difícil acostumbrarme a vivir con imbéciles, pero he aprendió a aceptar… aunque no creas… me cuesta.
El frio se combate poniendo la mejor de las caras y en este invierno que solo tienen fríos matinales, me abrigo sin chaquetas que me da mejor resultado.
No se por que tengo la impresión que nos convertimos en fugitivos de la alegría, cuando creo que conquistarla sin ser fácil, es posible. Y envidio y miro como corretean felices los hormigas por las baldosas, de Bilbao… y yo que creí que las hormigas no salían en invierno. Me voy, asumiendo que el riesgo, es la única sensación capaz de despertar el miedo.

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